MÁQUINAS EXPENDEDORAS

La tecnología está avanzando y la mayoría de los servicios son administrados por equipos automatizados. El ejemplo más conocido son las máquinas expendedoras que se utilizan para vender una amplia gama de productos. Por ejemplo: tabaco, bebidas alcohólicas, artículos sexuales, tarjetas de rasca y gana y mucho más…

Sin embargo, cabe señalar que estas máquinas brindan la posibilidad de comprar el material que contienen a cualquiera, aunque existan restricciones tales como la verificación de la edad del cliente.

Normalmente, para verificar la edad del cliente, las máquinas expendedoras están equipadas con un lector de tarjetas capaz de leer la fecha de nacimiento del cliente. Las tarjetas que se pueden utilizar son, por ejemplo, el documento de identidad (formato electrónico), la tarjeta sanitaria nacional, la tarjeta sanitaria provincial o regional, la tarjeta del número fiscal…

De hecho, a partir de una de nuestras investigaciones, hemos constatado que en algunos casos los lectores aceptan cualquier tarjeta que contenga datos susceptibles de ser interpretados como una fecha de nacimiento. ¡Hasta era posible comprar artículos pornográficos simplemente usando una tarjeta de puntos de una famosa cadena de supermercados, o incluso una tarjeta sanitaria caducada o de una persona difunta!

En estos dos últimos casos, es fácil entender que un menor podría hacerse con una de estas tarjetas y acceder a servicios a los que no tiene derecho.

Existen normativas, pero es extremadamente fácil eludirlas.

En las operaciones mediante máquinas expendedoras, el principal problema radica en que la tarjeta y el usuario son dos entidades distintas. La tarjeta puede ser válida, pero el usuario puede no ser su propietario efectivo.

Para evitar este problema, es necesario vincular muy estrechamente la tarjeta a su propietario.

PrivacyCard es exactamente lo que se necesita, dado que para ser utilizada es necesario ser el dueño legítimo y validarla con la huella dactilar.

Además, está en conformidad con las normativas relativas a la protección de la privacidad del ciudadano, ya que todos los datos que la tarjeta contiene siguen siendo propiedad del mismo.

PrivacyCard garantiza que los datos presentes en la tarjeta solo pueden ser leídos por lectores especiales. Es el propio lector el que “filtra” los datos presentes en la tarjeta a fin de poner a disposición únicamente aquellos estrictamente necesarios para llevar a cabo la operación deseada. Por ejemplo, el lector de la máquina expendedora de cigarrillos solo comunicará la fecha de nacimiento del comprador, y no otros datos como el sexo, la dirección, etc.

Por lo tanto, para hacer perfectamente legales las diferentes máquinas expendedoras existentes que ofrecen productos y/o servicios a personas mayores de una cierta edad, será suficiente añadir a las distintas máquinas los lectores especiales y proveer a los ciudadanos de PrivacyCard.

Descargar Folleto