EL FUTURO

Un sistema como el que se propone, que respeta plenamente la privacidad y ofrece un nivel de seguridad prácticamente total y tiene ámbitos de aplicación casi infinitos…

En primer lugar, hay que subrayar que PrivacyCard ha sido concebida para poder contener datos adicionales respecto a aquellos para los que fue creada. Por ejemplo, a una tarjeta creada para el acceso a las máquinas expendedoras pueden añadirse fácilmente datos relativos a la entrada en los estadios (tarjeta del aficionado), los datos para el acceso al lugar de trabajo (por ejemplo, número de serie), los datos para el acceso a determinados dispositivos (por ejemplo, armarios de seguridad).

Pero no solo… Imagínese el uso de PrivacyCard en lugar de la tarjeta bancaria clásica: ya no sería necesario recordar el PIN y, sobre todo, se tendría la garantía de que nunca sería posible clonarla.

O se podría aplicar el sistema a las llamadas máquinas tragaperras, es decir a equipos cuyo uso debe vedarse a menores de edad. Incluso se podría utilizar como una llave para arrancar el coche.

Incluso se podría utilizar como una llave para arrancar el coche. O abrir la puerta de casa. ¿Y por qué no? Convertirla en un auténtico DNI electrónico que contenga también los datos del carnet de conducir. Y de la tarjeta sanitaria. Y del número fiscal. Todo en una sola tarjeta.

Para una mayor garantía, el sistema que hemos patentado también prevé un nivel de trazabilidad muy alto.
Cada operación individual de escritura de la tarjeta se registra en la propia tarjeta. Es decir, cuando se crea una nueva tarjeta o se añaden nuevos datos, también se registra el número de serie del dispositivo de escritura que generó la tarjeta y el código de la tarjeta “master” utilizada para activar el dispositivo.

De esta manera, las fuerzas de seguridad siempre podrán rastrear dónde y cuándo se generó la tarjeta, así como quién introdujo los datos físicamente…